Quiero que no dejes de estrujarme
sin que yo te diga nada.
Que tus yemas sean garras
enganchadas a mis vértices.
sin que yo te diga nada.
Que tus yemas sean garras
enganchadas a mis vértices.
No nos quedemos con las ganas
de matarnos un poco más.
Aún podemos ahogarnos un poco más.
No me dejes sola, que soy adicta a la contradicción.
. . .
No hay comentarios:
Publicar un comentario